Uno de los mensajes fue enviado 11 días antes del fallecimiento del cantante, e iba dirigido al director de la gira, Kenny Ortega, en él quedaban patentes las preocupaciones del promotor de la compañía, Paul Gongaware, sobre un ensayo de Jackson el día anterior: “Queremos recordarle (supuestamente a Murray) que es AEG y no MJ quien está pagando su salario. Queremos recordarle con este correo lo que se espera de usted”. Por otra parte, en alguna ocasión se le había oído decir a Ortega, que había trabajado con el cantante en otras giras, que “Jackson se había presentado temblando a uno de los ensayos”. Kenny escribió un correo electrónico al presidente de AEG, Randy Phillips: “Es como si convivieran dos personas en una. La primera intenta aferrarse a lo que era Michael Jackson y no quiere que le abandonemos y, la segunda, muestra un estado de salud débil y con problemas. Creo que necesitamos un profesional en la materia”. Phillips respondió: “Murray es un gran profesional, y no necesita de esta gira para sobrevivir, por lo que es totalmente imparcial y ético”.
Para los familiares del cantante, la presión por parte de AEG Live para que Jackson estuviera al 100% en estos conciertos fue uno de los motivos que llevaron al rey del Pop a morir por una sobredosis de anestésico quirúrgico. Los abogados de la familia han denominado a estos correos como “arma arrojadiza” y sostienen que son una evidencia clara de que la compañía usó la presión sobre Murray, “con el único fin de hacerle creer que podía perder su trabajo como médico personal del cantante y, por consiguiente, su sueldo de 150.000 dólares al mes”.
La juez del caso está de acuerdo con esta afirmación. Para la magistrada, los letrados de la familia Jackson han aportado pruebas suficientes que revelan que AEG Live contrató a Murray y que estas evidencias, además, garantizan un juicio con un jurado popular. “Se va llevar a juicio la cuestión de que el médico bajo presión económica pudiera comprometer su juramento hipocrático y hacer lo que AEG Live le pedía, con el único fin de que la empresa de entretenimiento se lucrara”. La juez ha agregado en su documentación que “Gongaware era consciente de las implicaciones éticas de contratar a doctores en las giras y la existencia de la administración de fármacos a los cantantes”. Por todo esto la juez se ha opuesto a la petición de AEG Live de desestimar la causa.
Para la magistrada, la compañía no hizo “una revisión exhaustiva de los antecedentes de Murray”, lo que les hubiera llevado a constatar que el doctor estaba en deuda con la justicia. La relación anterior de “Jackson con Murray, quien había tratado a sus hijos de enfermedades leves en Las Vegas, no indulta a la compañía de responsabilidad”. “Aunque sin duda, puede determinar el nivel de implicación proporcional y los consiguientes daños”, ha añadido la juez. Por el contrario, Palazuelos ha dictaminado que no existen evidencias suficientes para apoyar que los ejecutivos de dicha compañía preveían que el médico iba a usar drogas peligrosas para el tratamiento de la estrella del pop.
Murray confesó dos días después de la muerte del cantante que había usado propofol, un anestésico muy fuerte para paliar los dolores de Jackson cada noche durante los dos últimos meses antes de su muerte, con el fin de dar al cantante un descanso tras las ensayos. Y agregó que “era un tratamiento que el cantante pedía”. El forense del condado de Los Ángeles dictaminó que Jackson murió por una sobredosis de este medicamento en combinación con otros tipos de sedantes. Murray en este momento cumple condena por homicidio involuntario.
“Ahora que el tribunal ha resuelto que existen evidencias de que la compañía AEG realizó acciones que pudieron llevar a la muerte de Michael Jackson, la familia del cantante va a luchar contra la campaña de acoso llevada a cabo por parte de la compañía tras el fallecimiento de Jackson”, ha asegurado el abogado de la familia, Kevin Boyle. “La verdad es que lo que le pasó a Michael es algo que AEG ha intentando ocultar al público desde el día de su muerte, y finalmente está saliendo a la luz. Esperamos con impaciencia que el resto de la historia, la verdad, salga a la luz durante el juicio”, ha añadido el abogado.
Por su parte, la compañía ha asegurado que “no tiene ninguna responsabilidad en el fallecimiento de la estrella del pop, ya que Murray no era su empleado”.
La demanda por parte de los familiares de Jackson busca que AEG Live pague la cantidad de dinero que el cantante hubiera ganado si no hubiera muerto en 2009. Si finalmente la empresa resulta culpable le podría costar millones de dólares, según estimaciones del potencial de ingresos de la estrella del Pop. La vista, que comenzará el próximo mes en Los Ángeles, podría arrojar nuevos datos sobre los últimos días del rey del pop. Tanto Murray, quien no testificó en su propio juicio, como el hijo mayor del cantante de 16 años, Jackson Prince, están llamados a esta vista como testigos.
With L.O.V.E
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